domingo, 27 de marzo de 2011

EN COLOMBIA LAJUSTICIA NO COJEA:LA ASESINAN

¿Dónde están quienes se “armaron de valor” en defensa de la tristemente célebre lechuza del estadio Metropolitano de Barranquilla tras el crimen de la jueza Gloria Constanza Gaona perpetrado en Saravena, Arauca?

La jueza Martha Liliana Escobar Chiquillo de Lorica, en Córdoba, debe ser custodiada por doce policías en el trayecto de su residencia hacia el despacho y no se le puede pasar por la cabeza ir a otro lugar so pena de aumentar el riesgo.

Duele que los criminales silencien a quien estaba detrás de los responsables del asesinato de tres niños hermanos del que se sospecha de agentes del Estado y el gobierno diga, que como no lo había solicitado, por eso no tenía protección (¡!).

Uno podría decir que en Colombia todos estamos amenazados. Claro, el gobierno no nos puede poner a todos guardaespaldas, pero sí al menos a quienes ostentan cargos especiales y habitan en lugares particularmente de alto riesgo como Arauca.

Y pensar que quienes revelaron que utilizaron moto sierras para descuartizar miles de compatriotas, provocar el desplazamiento de otros tantos, reciben penas ridículas que adicionalmente son rebajadas dizque por “buen comportamiento”.

Entretanto continúan los roces -para no hablar de enfrentamientos- de las Altas Cortes, especialmente con el Consejo Superior de la Judicatura, cuando lo que deberían hacer es buscar la unidad para fortalecer y hacer efectiva la justicia.

A una jueza en Bogotá, que pidió protección hace seis años, se la dieron esta semana, ¿casualidad? Mientras tanto se revive la polémica sobre si trasladar o no los procesos pues se daría un paso atrás en cuanto a la descentralización.

Frente a ese dilema y a la debilidad del Estado y los gobiernos de fortalecer la justicia, ¿es preferible retroceder o poner en riesgo a más de 500 jueces que están amenazados en el país? Cuatro fueron asesinados en el último año.

Recientemente la Fiscal General, Vivian Morales, dijo que tenía un carro blindado para 23 investigadores del ente acusador. Mientras todos los senadores y representantes tienen no uno, sino hasta tres modernos y nuevos autos blindados.

El refranero popular dice que la justicia cojea pero llega. Infortunadamente es doloroso tenerlo que decir pero en Colombia ni cojea, ni llega en muchas oportunidades, la asesinan con sicarios pagados a sueldo. ¡Qué dolor!

Colombia exige una justicia sólida, ágil, fuerte, con plenas garantías, sin impunidad, diáfana para que los condenados paguen sus penas y se acaben la impunidad, la falta de credibilidad y la contante violación de los DD.HH.

No hay comentarios: