domingo, 12 de diciembre de 2010

COLOMBIANOS A PRUEBA

La naturaleza nos puso a prueba a los colombianos en la coyuntural invernal más difícil en la historia de nuestro país con unos resultados que serán más catastróficos una vez pase el periodo de lluvias conocido como La Niña.

Y esa prueba demostró, primero, que no estamos preparados para catástrofes de esa envergadura; y segundo, que no son las precipitaciones las culpables ni las responsables de lo que ocurra por su acción natural.

Es el hombre quien en sociedad se prepara o no, dependiendo de su entorno, contexto, intereses, necesidades, acción u omisión, para poner en riesgo su vida o para planear y planificar su modus vivendi o de trabajo.

Para quienes se empeñan en acusar y señalar al Estado como responsable y/o a los gobiernos de turno empiezan al revés. Lo primero es la atención de las víctimas, los heridos, los damnificados, los afectados.

Segundo, tratar de prevenir, en medio de la devastación del fenómeno, nuevas emergencias y atender hatos ganaderos, avícolas, miles de animales de crianza que también son blanco de la furia de las aguas, desbordamientos, derrumbes, etc.

No obstante lo más grave está por venir. Las secuelas una vez pase el invierno. La atención sicológica de quienes perdieron a sus seres queridos. El retorno o reubicación de aquellos que quedaron sin vivienda.

Cuando no haya cosechas para recoger. Miles de kilómetros de carreteras y puentes por reparar unos, y reconstruir otros. Entonces, los efectos sobre la economía podrían ser iguales o peor de demoledores.

Los más optimistas estiman que el invierno de 2010 podría hacer caer el Producto Interno Bruto en el 2011 en 1.5 puntos lo que sería un golpe a lo más profundo de las metas económicas y del gobierno.

De momento se estima en diez billones de pesos el costo de la recuperación de lo que hasta el momento se han llevado las lluvias. Y eso que según el Ideam, las precipitaciones se podrían prolongar entre tres y seis meses más.

Para quienes proponen aplazar la Feria de Cali y las elecciones atípicas para gobernación del Valle del Cauca, valdría preguntarles si cancelaron las celebraciones de fin de año en sus empresas privadas y con sus familias.

Si lo que tenían dispuesto para comprar los aguinaldos ya lo consignaron en la cuenta nacional de Colombia Humanitaria y se abstendrán de asistir a elegantes clubes para recibir el año nuevo y hacer lo propio con lo que se gastarían esa noche.

Estoy seguro que no. El momento es muy difícil. Pero no será el primero y tampoco el último. Suspender dos actividades que tienen destinaciones específicas y que suman escasos veinte mil millones de pesos, frente a diez billones que se necesitan, es necio, oportunista y salido de tono.

O es que acaso cuando no existía la tragedia en su momento ¿advirtieron que si se daba un invierno de estas proporciones, sugerirían entonces suspender las festividades de fin y comienzo de año? No.

Más bien y sin detenernos, porque en medio del dolor de las víctimas y de los damnificados el mundo sigue girando, debemos aprovechar ambas oportunidades para colaborar de la siguiente manera.

La Feria de la Solidaridad en Cali y que esa semana todos los estamentos destinen buena parte de lo que van a invertir en diversión y esparcimiento para ayudar a los damnificados. Esa sería una actitud mucho más proactiva.

Sobre las elecciones, quienes piden su aplazamiento, no lo hacen por el dinero, que además para eso está la Registraduría, para que lo presupueste, lo hacen es por afanes politiqueros pues sienten pasos de animal grande.

Si en el Valle del Cauca estamos como estamos en materia política, es responsabilidad de los vallecaucanos. Los que votamos libremente, los que lo hacen con el voto amarrado y los que no votan. El pueblo tiene los gobernantes que se merece. Por eso los elige.

No podemos utilizar el dolor ajeno para aparecer como salvadores o redentores de la catástrofe. Tampoco ser fariseos pues estoy seguro que todos festejaran en Nochebuena y año viejo. Lo que debemos es tener entereza para seguir adelante.

Ser solidarios con ayuda no solo humanitaria sino prestando buena parte de nuestro tiempo a quienes lo pueden necesitar. Es mucho más efectivo y humano que pescar en río revuelto. Y buscando protagonismo.

domingo, 28 de noviembre de 2010

LLEGÓ DICIEMBRE

En el mundo entero, sin distinguir credos ni ideologías políticas, diciembre se convierte en epicentro por excelencia no solo por ser navidad -así en algunos países su celebración sea en fechas diferentes- si no por marcar la víspera de fin de año.

En el planeta llega sin muchos sobresaltos a como anualmente se plantea, el para muchos, mes más alegre del año así sea en medio de las dificultades: marcado por amenazas de guerra entre algunas naciones y crisis económica.

En Colombia con un fenómeno atmosférico que tiene a más de un millón trescientos mil compatriotas con el agua al cuello, más de ciento treinta víctimas y miles de damnificados que en la mayoría de los casos todo lo perdieron.

Políticamente con una sensación de tranquilidad en los primeros tres meses de gobierno del presidente Juan Manuel Santos Calderón, quien por encima de los pronósticos ha logrado lo que muchos jamás se imaginaron.

En el Valle del Cauca existe incertidumbre por el inmediato futuro del departamento por las elecciones atípicas previstas para el próximo 23 de enero y en lo que se estima será el día que marcará el inicio del caos o la sepultura.

Comicios por los que no existe interés entre las mayorías, desprecio entre quienes no son politiqueros y solo un afán de aprovechar la coyuntura para mantener el poder de algunos, no todos, los políticos de profesión en la región.

Y en Cali con un ambiente de cambio que se propuso desde la alcaldía que ha sido torpedeada por los opositores y detractores sin mayores argumentos que los de buscar un espacio para las próximas elecciones.

La verdad es que se ha avanzado, si bien no en forma definitiva, en campos como el de las obras viales, embellecimiento e inversión social. Faltando aún por fortalecer la seguridad ciudadana y acabar con las muertes violentas y la inseguridad.

Optimismo en unos, pesimismo en otros. Para muchos, tiempo de unidad y celebración. Para los demás desilusión, problemas, falta de dinero, salud y oportunidades de empleo y estudio. Desigualdad e incertidumbre.

Pero para la totalidad una época que marca el inicio del fin de año, tiempo de balances y proyecciones para el 2011. Resúmenes aburridores de los hechos más destacados del 2010 y los consabidos y embusteros vaticinios.

Convencido soy que los cambios en la sociedad solo se darán en la medida en que cada uno de sus integrantes se convierta en agente multiplicador de acciones buenas, positivas, proactivas a favor de la comunidad sin intereses particulares.

Jalonados, por supuesto, por los líderes que se encargan, mediante la acción popular de elegirlos, de encarnar el Gobierno que ostenta el Estado para el diseño y la planeación de las macroestructuras de un país.

Si no es así, seguiremos bajo el imperio de las micro y macro empresas politiqueras, al amparo del poderoso, mafioso, corrupto y asesino narcotráfico, las erróneas guerrillas terroristas, los paramilitares y delincuentes de cuello blanco.

Pero no todo ha de ser así pues somos la inmensa mayoría quienes convencidos del bien, trabajamos desde nuestra orilla con empeño, pulcritud, amor y deseos de hacer bien las cosas. Claro, no es solo cuestión de voluntad, decisión y carácter.

domingo, 21 de noviembre de 2010

NATURA NO ES LA CULPABLE

De acuerdo con el Ideam Colombia vive el más drástico invierno de los últimos sesenta años y según el pronóstico de los científicos se prolongará por lo menos hasta el primer o segundo trimestre de 2011.

La generalidad de los medios es culpar de las tragedias a la naturaleza, bien sea por invierno o verano intensos, con sus consecuencias -desbordamientos, inundaciones, deslizamientos- movimientos sísmicos, tsunamis, entre otros.

Natura no es ni culpable ni responsable pues no solo no piensa sino que no tiene en sus entrañas la intención de hacerle daño al ser humano. Simplemente actúa como lo hace desde que se formó la tierra en el universo.

Somos nosotros quienes por acción u omisión provocamos, con nuestras actuaciones, situaciones catastróficas en el mundo entero. Pero no aprendemos de los desastres y hecatombes que generan las sociedades.

Por supuesto que no es fácil enfrentar la naturaleza en condiciones adversas cuando hombres y mujeres se disponen a su merced, bien por la fuerza de sus necesidades, por acciones politiqueras o algún interés particular.

En Colombia no es diferente. En cada ciclo la historia se repite. Y ni los planes de prevención operan óptimamente ni la respuesta es la adecuada. Mucho menos la atención de los damnificados.

Tampoco éstos acatan los llamados de emergencia ni las alertas tempranas pues no tienen opción, primero de cuidar lo poco que tienen, y segundo de acudir a lugares seguros donde se les garanticen su integridad y bienes.

Es una debilidad del Estado que ve cómo cada que ocurre una acción de la naturaleza no tiene las herramientas suficientes ni adecuadas y menos los recursos dispuestos para la atención y recuperación post emergencias.

La mayoría de los casos tiene que ver con la acción de una sociedad que debe buscar un lugar para vivir a como dé lugar sin importar su seguridad. Bien sea a la orilla de un rio o en una ladera con riesgo de deslizamiento.

También existe la acción miserable de algunos politiqueros de turno o funcionarios -públicos y privados- corruptos que se aprovechan de la miseria humana para generar invasiones y urbanizaciones piratas que se convierten en cementerios.

No estamos preparados para enfrentar emergencias. Tampoco existen programas continuos en el tiempo para su aplicación y desarrollo. Mucho menos recursos suficientes para prevenir y atender desastres.

Y si con todo lo anterior es literalmente imposible enfrentar exitosamente cada año un periodo de lluvias como el que se registra en de todos los departamentos de Colombia, aun así, no aprendemos.

Este tema se debe convertir en política de Estado a largo plazo. Con prevención y castigos severos para los responsables de poner en riesgo a hombres y mujeres que por su necesidad prefieren ceder.

La necesidad tiene cara de perro. Pero mientras en Colombia ha llovido este año, llueve y seguirá lloviendo, no aprendemos. Y lo peor es que el invierno y sus nefastas consecuencias se convierten en negocio.

sábado, 6 de noviembre de 2010

CIEN DÍAS

CIEN DÍAS

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón llegó a sus primeros cien días de gobierno con una aprobación de sus compatriotas del 89% y una imagen positiva del 87%. En estadística, las cifras hablan por sí solas.

Si bien su gestión apenas comienza y no es el momento de hacer balances sino proyecciones, pues en noventa días es imposible entregar resultados, demostró, desde antes de asumir la primera magistratura, que no improvisaría.

Marcó diferencias radicales frente al ex presidente Álvaro Uribe Vélez y las seguirá marcando pues su preparación para llegar a la Casa de Nariño comenzó hace más de veinte años y por lo tanto es un hombre de Estado con estudio y experiencia.

Con el correr de los días quedó demostrada la sucia campaña presidencial, a las que nos estamos acostumbrando, en la que se le acusó de lo divino y humano, lo habido y por haber. Respetuoso y en silencio, respondió, con hechos, lo contrario.

Tampoco es el momento de cantar victoria pues su administración apenas despega. Y si bien su programa de gobierno fue preparado con anticipación, su aplicación como plataforma de ejecución está en sus inicios.

Nacional e internacionalmente la percepción y la sensación de colombianos y extranjeros es de cambio, de unidad, de mano dura pero de sensibilidad en su accionar, competitivamente rodeado y enormes expectativas.

Existen campos en los que los resultados son a mediano y largo plazo como en lo social, económico y de empleo. Otros –relaciones con Venezuela y Ecuador, con las Altas Cortes- que son inmediatos y no admiten un ápice de duda.

La Unidad Nacional, con fisuras, ha marchado. Infortunadamente muchas de sus ambiciosos Proyectos de Ley han sufrido el desgaste de tener que enfrentar las bien aceitadas maquinarias de senado y cámara que no ceden a sus viejas costumbres.

En materia de seguridad el reto es enorme pues la seguridad democrática, exitosa durante su ministerio en la Defensa Nacional, se deberá convertir ahora, sin olvidar aquella, en seguridad ciudadana en los centros urbanos del país.

Infortunadamente para el presidente Santos Calderón y para el país, prácticamente no hay oposición pues lo que ocurre en el Polo con su derretimiento, no permite vislumbrar una veeduría juiciosa desde la otra orilla.

Y del Partido Verde que gracias a los jóvenes y las redes sociales tuvo una burbuja pasajera durante la pasada campaña presidencial, está lejos de madurar. Ojalá la autocrítica la permita al Jefe de Estado que su urna de cristal sea una realidad.

Cien días de gobierno es muy poco. Lo cierto es que según las encuestas y lo que uno palpa entre los colombianos es que como vamos, vamos bien. Y que gracias a Dios no hubo un tercer mandato.

domingo, 3 de octubre de 2010

ELECCIONES EN EL VALLE: AHORA O NUNCA

Pareciera como si nadie en el Valle del Cauca estuviese contento con lo que ocurre en materia política a propósito de la convocatoria a elecciones para gobernador previstas para el próximo 23 de enero de 2011.

Estará a prueba la grandeza de la gente del otrora departamento modelo de Colombia que se prepara para elegir a quien tendrá una oportunidad transitoria para no hacer mayor cosa. Algo parecido a lo que le ocurrió a Francisco Lourido.

Todos se rasgaron las vestiduras reclamando lo que a cada uno le convenía. Elecciones, terna, continuidad, que del mismo grupo, que de notables, etc. Y ahora, cuando al tenor de los Códigos surge la solución a nadie le sirve ni le interesa. Porque les da miedo perder en las urnas.

Y es que no se le pueden hacer más esguinces a la ley y actuar de acuerdo con un concepto emitido por el Consejo de Estado según el cual ir a los comicios es la opción a seguir, constitucionalmente hablando.

Lo que está claro es que si bien Cali retrocedió y se tomará varias generaciones para recuperar el tiempo perdido con las alcaldías de los últimos cuatro o cinco periodos con excepción del actual que enderezó, en parte, el rumbo de la ciudad, al Valle le tomará un tiempo similar recuperar el retraso al que fue sometido.

La responsabilidad fue, no solo de algunos de sus gobernantes que se equivocaron, sino, y ante todo, de los electores. Bien porque eligieron mal o bien porque se dejaron tentar por el poder corruptor del dinero o las prebendas politiqueras.

De entrada no se nota que surja el líder que la mayoría quisiéramos. O al menos la intención de encontrarlo. No. Ahora toma fuerza un sentimiento de alianzas políticas para retomar el poder. No para recuperar la confianza.

Tampoco se vislumbra una candidatura que esté por encima de todos los intereses personales y/o grupales, que trascienda egoísmos individualistas y que piense en reposiciona al Valle del Cauca en el concierto nacional.

Ahora resulta que el ex presidente Uribe está buscando por intermedio de la U. un candidato de ese partido para conquistar el Palacio de San Francisco. Está en todo su derecho. Pero, ¿de cuándo acá nos vamos a dejar imponer gobernador desde Bogotá? Ya lo acaba de hacer el vicepresidente Angelino Garzón. Pero le salió el tiro por la culata. Y La Picota, ¿acaso no queda también en Bogotá?

Expertos en economía estiman que al Valle del Cauca le tomará por lo menos dos periodos más para regresar a niveles que le permitan cierta competitividad y credibilidad perdidas por malos manejos en los meses recientes.

Eso, en el estimado de que quienes tendrán a su cargo los próximos dos periodos le den un giro radicalmente opuesto al manejo político, administrativo, gerencial y económico que padece el departamento que ha tenido muchos gobernadores y poco gobierno.

Al Valle le redujeron su categoría, está literalmente quebrado, en el concierto nacional somos motivo de burla, internacionalmente no tenemos ningún destello del cual enorgullecernos e internamente seguimos más o menos en las mismas.

Si bien el panorama inmediato no es el más alentador, en momentos de dificultades es cuando se divisan los líderes, las soluciones y las oportunidades que resultan de las crisis. Y es ahora o nunca.

La determinación final estará en manos del electro primario. Pero también de quienes desde ahora se postulen para la elección popular. Que no nos vengan con cuentos y mentiras pues el que gane en enero no podrá hacer mucho más de lo que hará Lourido. Que no será mucho.

Pero al menos que nos garantice que no nos gobernarán desde una cárcel y que le pondrán freno al despilfarro y la corrupción. Para que así, al menos, quien llegue al cargo el 1º. De enero de 2012 pueda pasar la página, borrón, cuenta nueva y volver a empezar. ¡Qué lástima, qué vergüenza! Pero hasta allá llegamos. Tocamos fondo.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Traicionera

Si Colombia es una fosa común, como lo pregona traicioneramente Piedad Córdoba desde lejos y de espaldas a la Nación, ella encarna lo más mal oliente de esa canallada cuando está por fuera. Por eso lo ideal es que se quede allá.


O en Venezuela al lado de Hugo Chávez, o que de una vez por todas se vincule a la guerrilla que tanto le duele y defiende, para que sobre el terreno, haga lo que trata de hacer mediante el micrófono y ahora apoyada por el Twitter.


Y tímido, muy tímido el rechazo que de sus infortunadas y en fuera de lugar declaraciones en Europa hizo el otrora glorioso partido Liberal. Deberían investigarla, y si es del caso, por traición a la Patria, expulsarla de la colectividad.


Pero no pasó de una simple declaración que no va más allá de estar en desacuerdo y ni siquiera se reclama un concepto del Comité de Ética, si es que lo tiene; el partido y sus directivas parecen tenerle miedo cada que habla y la embarra.


Y no es que se le estén violando sus derechos como siempre lo cacarea (cuando esté por fuera). Simplemente que se nos va agotando la paciencia y ojalá algún día sus electores sepan realmente quién es ella antes de depositar sus votos.


Hasta físicamente empieza a producir repugnancia entre muchos colombianos de bien que no soportamos más sus calificativos vulgares, altisonantes y señaladores como si ella estuviera por encima de lo Divino y de lo humano.


No señora. Se equivoca de cabo a rabo. No tenemos la culpa de que sus problemas familiares y sentimentales de hace unos años, los cuales dio a conocer usted públicamente en varios medios, la hayan llevado a buscar semejante protagonismo.


¡No más! Estamos hastiados de su comportamiento, de su grosería, de su afán de figurar y de calificar a todo el mundo -exceptuando por supuesto a los terroristas y a quienes los financian y apoyan- de ser criminal y mal intencionado.


No convencen sus pobres argumentos. Mucho menos sus viajes. Especialmente a Cuba. ¡Usted que dizque reclama respeto por los Derechos Humanos! Produce asco y risa esa actitud farisea y doble. ¿Qué tal? El diablo haciendo hostias con Fidel Castro.


Usted misma se está forjando su fin político. Y eso está bien para que después no diga que la persiguieron. Podrá no ser ahora. Pero llegará el día en que los votos del partido que la acoge se le acaben y no tendrá la gasolina, gracias al Congreso, para seguir dando lora sin ton ni son.


Muchos inclusive piensan que no está en sus cabales. Yo creo que sí lo está. Pero es tan errónea su actuación y tan apátrida su posición, que por eso algunos piensan lo contrario. Nueve millones de colombianos no nos equivocamos.


Y no será usted quien nos diga qué hacer ni cómo hacerlo. Ya el Parlamento Europeo le dio una cachetada. La otra se la dieron el liberalismo, el conservatismo y La U. Porque no vamos a aceptar una sola más de sus cachetadas desde afuera.


Si Colombia le parece una fosa común o una cloaca, quédese allá o váyase para Venezuela o para Cuba y así no tendremos de quien avergonzarnos, que suficiente tenemos con la guerrilla que usted defiende a capa y espada.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Alerta roja se encendieron las alarmas

No fueron gratas para Colombia las dos semanas que acaban de pasar, tampoco para las FF.MM. ni para el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, por la arremetida guerrillera que dejó un saldo estimado de treinta y ocho uniformados muertos.

El hecho es preocupante porque nuevamente la inseguridad y la violencia se mueven del campo a la ciudad y viceversa generando confusión, caos, terror y muerte a manos de los grupos terroristas, los delincuentes y el narcotráfico.

“La culebra está viva”, fueron unas de las últimas palabras del ex presidente Álvaro Uribe Vélez antes de abandonar la Casa de Nariño y eso fue hace poco más de treinta días. Muy poco tiempo para lo que es una verdad de a puño.

Y el presidente Juan Manuel Santos Calderón basó su campaña en que continuaría con el fortalecimiento de la seguridad democrática que no debió sufrir ningún paréntesis ni tregua sino llevarla hasta su máxima expresión.

Posesionado el nuevo Jefe de Estado de los colombianos buenos, alias Alfonso Cano, uno de los terroristas más buscados del planeta, sugirió una invitación al diálogo a quien democrática y limpiamente fue elegido en las urnas.

Entonces anticipé que a él y a sus secuaces no se les puede creer. Ahí está la respuesta. Ataques a mansalva -que es cómo actúan- incluyendo cadáveres como señuelos y quemando vivos a los uniformados. ¡Canallas, miserables, cobardes!

Uniformados del ejército y la policía, muchos de ellos hombres jóvenes padres de familia que se convierten en Héroes de la Patria que no deberían existir pues sería mejor una Nación en paz y que quiere realmente recorrer el camino del diálogo.

Y mientras eso ocurre en los campos y selvas de Colombia, el complejo panorama de inseguridad parece recrudecerse en las ciudades, de manera particular en las cuatro capitales más importantes por sus tamaños y posibilidades de vida.

Seguridad democrática y ciudadana es lo que necesita la sociedad, acompañada de las macro medidas que anunció el gobierno, jalonadas por las cinco locomotoras de la productividad, generación de empleo, profundas reformas en salud y justicia.

Pero no será suficiente si entre todos no ayudamos a empujar las locomotoras. No todo se le pude dejar al Presidente ni a las autoridades. Existe un trabajo que será a largo plazo que ojalá lo pongamos en práctica. Tenemos que rodear al Gobierno.

Es urgente recuperar los valores éticos y morales, rechazar el narcotráfico, denunciar con valor y de manera oportuna a los delincuentes, enseñar que el camino de lo fácil, las armas y los atajos, solo generan violencia, desolación y muerte y estar vigilantes ante la corrupción.

Todo ello converge en un monstruo de mil cabezas que representa sin lugar a dudas, que la culebra, está viva. Y no es suficiente golpearla en la cabeza. Es sembrar la semilla de los valores en la sociedad para que el crimen no vuelva a nacer.

Las Fuerzas Armadas no podrán tener un instante de respiro y las autoridades ciudadanas trabajar sin descanso, todas, eso sí, siempre y cuando cuenten con el apoyo de colombianos buenos que somos la inmensa mayoría.

No a diálogos que a nada conducen si no existen demostraciones de paz. No a ocultarse en organismos como la Unasur para manipular la opinión y seguir delinquiendo. No a las guerrillas terroristas de las Farc, el Eln o como se llamen.

De lo contrario, se activarán nuevas alarmas. Y la alerta roja, está encendida.

lunes, 30 de agosto de 2010

Qué pasa con el Valle del Cauca

Lamentable y preocupante lo que le ocurre al que debería ser el primer departamento de Colombia. Según la Cepal es el cuarto. Y por fuera de nuestras fronteras se burlan del otrora símbolo de fortaleza, desarrollo y liderazgo Nacional.

No hemos tocado fondo pero a juzgar por las declaraciones del designado gobernador, Francisco José Lourido Muñoz, algo podrido huele en el interior de la administración que está a punto de convertirla en estado comatoso.

Las denuncias sobre un complot para evitar que la información fluya, fallen las telecomunicaciones y los vallecaucanos podamos conocer de primera mano dónde estamos y para dónde vamos, son muchísimo más graves de lo que pareciera.

Estamos cerca a una figura que en la Constitución se conoce como Traición a la Patria, en este caso a la Patria Chica que es nuestro Valle del Cauca y que amerita una profunda investigación para que los culpables sean juzgados y condenados.

Lo primero sería establecer si la orden proviene de afuera o si la pusieron en marcha quienes se quieren enquistar en las mieles de la burocracia para succionarla como sanguijuelas aprovechando la confusa coyuntura. ¡Qué asco!

Aquí no se trata de que quienes así se comportan sean “leales” a sus jefes políticos, sean del partido o movimiento que sea. Simplemente de la grandeza -que les falta- de entregar lo mejor por el departamento. Pero son traicioneros. Y así deberán proceder las autoridades.

Sería prudente que el destituido ex gobernador Juan Carlos Abadía se pronuncie al respecto y desautorice a quienes violan las normas legalmente constituidas o por el contrario acepte que sus seguidores están en su derecho de hacerlo.

En el primer caso, por lo menos se quitaría el Inri que pende sobre su nombre y en el segundo pues entonces que las autoridades procedan. Unos y otros tendrán que responder por lo que está ocurriendo. Frenaron el ya lento avance del Valle.

Adicionalmente y como si lo anterior fuera poco, le falta celeridad y claridad al Gobierno Nacional en torno a la actual situación de Lourido Muñoz, especialmente en las declaraciones del Ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras.

En nada favorece la incertidumbre que rodea a la administración el hecho de lanzar desde esa cartera una supuesta inhabilidad mientras que en la Vicepresidencia
-Angelino Garzón- y en la Casa de Nariño le dicen “adelante”. ¿A qué precio?

Mientras esto ocurre ya hay quienes dan por elegido, en caso de ir a elecciones, al ingeniero Víctor Julio González Riascos quien contaría con el apoyo del partido de la U y del Pin. ¿Qué tal? Y Lourido Muñoz sin saber si quiera cuál es el hueco fiscal que le dejaron.

A los politiqueros no les importa eso. Ellos lo único que quieren es garantizar la chanfaina para su propio beneficio a costa de lo que sea. Aquí no valen los acuerdos suprapartidistas para salir del atolladero. No señores. Tapen tapen.

Acá de lo que se trata es de atravesársele a Angelino -que ya se les atravesó- frenar al sector privado y empresarial que se les metió raudo en el rancho -gracias a Angelino- y seguir en las mismas y con los mismos. Al menos eso parece ser lo que están cocinando.

¿Se imaginan lo que nos ocurrirá en caso de pasar la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores? ¿Unos dos o tres periodos de John Maro, Apolinar o Abadía? Apague y vámonos.

Pero ante todo necesitamos saber la verdad. Quien nos la cuente en detalle. Y a partir de allí que los responsables y culpables de todo lo que no funciona sean castigados con la severidad que las circunstancias lo demandan.

domingo, 15 de agosto de 2010

La Corte y Los Toros

La Corte Constitucional tiene una decisión trascendente para Colombia esta semana: Incluir o no en la ley de protección de animales, entre otros, a los toros de lidia, y con ella, acabar la fiesta brava, las corridas.

Decisión que claramente está en el corazón de las tradiciones colombianas, como lo son también las riñas de gallos, el coleo, las corralejas, entre muchas otras que hacen parte de una cultura ancestral, histórica y milenaria.

Me concentraré en los toros de lidia como quiera que es un ejemplar que amo (¿?) admiro y respeto; por afición y en calidad de Presidente de Astauros -apoyo igualmente todas aquellas manifestaciones que acabo de mencionar-.

A título personal y como representante de la Asociación de Cronistas Taurinos, comenzaré por la Corte. Como hombres y mujeres respetuosos del Estado de Derecho, acataremos cualquier decisión que tomen los magistrados.

Lo que no implica que debamos necesariamente compartirla. De lo que sí estoy seguro y tranquilo es que si el concepto que emitan los togados se hace con base en el Derecho, no hay motivo para acabar las corridas.

Son más de 24 los artículos de la Constitución Política de 1991 que respaldan la libre determinación y albedrío de los colombianos a optar por su condición política, de credo o cultura; así, los argumentos de quienes se oponen, pierden validez.

Infortunadamente para las altas Cortes y para el país, su imagen se desdibujó ostensiblemente durante el gobierno Uribe Vélez por unos enfrentamientos que les hicieron perder el otrora respeto absoluto que hacia el poder judicial sentíamos.

Es así como muchos abogados consideran que aquellas -las Cortes- se dedicaron fue a legislar, tarea del Congreso que representa la parte política o politiquera, y no a actuar en Derecho que es lo que le corresponde a esa Rama del Poder Público.

Paso al tema de los toros. Durante una faena se busca hacer la más estricta selección genética del bravo para alcanzar cada vez más pureza en una raza que por su fenotipo, es, al lado del caballo de paso fino colombiano, para mi gusto, la más hermosa de la naturaleza. Digna de conservar.

El indulto sería el premio a la continuidad de encastes que le permitiría además al ejemplar que adquiera ese derecho, regresar al campo a padrear las vacas cuyas reatas transmitirán los genes de bravura, casta, nobleza, raza y trapío, entre otros.

El toreo lo vemos desde el arte como un ritual de orígenes sacro y pagano donde se conjugan belleza con fuerza, y si bien tiene momentos fuertes, está demostrado, científicamente, que no alcanza los niveles que falsamente se pretende mostrar.
Por principios, no polemizo con la mayoría de quienes se auto denominan anti taurinos. No por miedo o temor. Por otras razones. La más importante es por su violencia y violación de elementales derechos humanos de respeto y caballerosidad.

Son pagados por ONG´S internacionales y por gobiernos como los de Holanda y Dinamarca; no todos, pues tengo excelentes amigos que no gustan de las corridas, y son personas a carta cabal. Los taurinos no nos vendemos. Pensamos.

Nunca, jamás nos pondremos de acuerdo pues parten de hipótesis falsas, y en filosofía está demostrado que así se llega a conclusiones falsas. Se apoyan en sofismas que distorsionan la verdad. Veamos unas pocas.

El más cacareado y falso: que disfrutamos con el dolor del toro y que éste sufre las peores aberraciones antes de llegar a la Plaza para que esté disminuido en sus fuerzas físicas. Desconocimiento que raya con la calumnia y la injuria.

Tampoco polemizo frente a la pesca con cuchara (anzuelos de cuatro y más garfios), de las gallinas que pasan sus vidas en jaulas de veinte centímetros cuadrados solo para ponerles huevos para los taurinos y los anti taurinos. Las ballenas…etc.

Habría que cerrar las centrales de sacrificio en Colombia y el mundo pues los sistemas que se utilizan en la mayoría de los pueblos, esos sí son aberrantemente violentos. Incluidos los modernos mecanismos en las grandes ciudades.

Argumentan los contradictores de las corridas que son para una minoría. ¡Qué pobreza! Justamente la Constitución Política de Colombia exige respeto ¡por las minorías! Aceptemos el desconocimiento. Pero no lo justifiquemos. Hay que estudiar. Al menos leer un poco.

En resumen: respeto a quienes no gustan de las corridas de toros. Rechazo a los autodenominados anti taurinos violentos. Confiemos en que la Corte Constitucional actuará en Derecho. Si es así, respetaremos su decisión.

Que no ocurra lo del Parlament de Cataluña. Una determinación politiquera, independista, autoritaria, prepotente, prohibicionista, consecuencia del odio visceral que sienten por España y por Madrid.

Prueba de ello es que la diferencia fue solo de cinco votos. Se respeta. Pero no se comparte. Y existen instancias superiores.

Dios nos libre de algo semejante en Colombia. Por la perpetuidad de la raza del majestuoso y único toro bravo sobre la naturaleza.

domingo, 8 de agosto de 2010

Los nuevos inquilinos

Asumieron sus cargos con pocas horas de diferencia, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón -Casa de Nariño- y el nuevo gobernador del Valle del Cauca, Francisco José Lourido Muñoz -Palacio de San Francisco-.

El primero dijo que “le llegó la hora a Colombia”. El segundo que “no quiero verme envuelto en los torbellinos del pasado si no mirar hacia el futuro con cero corrupción”, ambos dejaron un ambiente de tranquilidad entre los elegidos.

Vamos por partes. En el plano nacional no cabe duda que Santos Calderón le puso desde el día de su elección firma y sello personales a lo que serían su estilo y programa de gobierno. Y eso quedó claro durante su posesión.

Con una nómina de lujo entre sus colaboradores, seguridad en sus formulaciones, un viaje por doce países de América y Europa y los actos simbólicos con los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, hablan bien del Jefe de Estado.

Hasta el momento, los columnistas, que una vez se acercaron al Partido Verde, llevados más por el odio y el resentimiento que por las ideas, desde el triunfo de la Unidad Nacional, no han tenido un solo argumento válido para sus diatribas.

El compromiso es grande para un periodista que llevaba preparándose más de treinta años para ser Presidente de Colombia. Pero su obligación no es menor que la que tenemos todos los ciudadanos de bien hayan o no votado por él.

La sociedad entera debería pensar en construir país, trabajar cada uno desde su lugar con honestidad y entrega por la consolidación de la paz con justicia social y no creer que ese es asunto que le compete solo al ejecutivo.

Y como copiloto de la nave un vallecaucano, Angelino Garzón, que a no dudarlo sí le dará buen uso a un cargo señalado por muchos como de “segunda” que solo sirve para representar al Presidente en actos sociales. Falso.

Estoy seguro que él y su esposa jugarán un papel muy importante en cualquiera de los frentes de trabajo que les compete y que les sean ordenados por la Casa de Nariño. Utilizando un término Santista, Angelino es una locomotora trabajando.

Sobre el Valle del Cauca, tranquiliza que al Palacio de San Francisco llegue un hombre pulcro, trabajador, académico, conocedor del campo como el que más y con arraigo en todos los estamentos. A ver si por fin nuestro Valle despega.

Y es que ese despegue nos corresponde ponerlo en marcha a todos los vallecaucanos y no echarle encima esa responsabilidad, como si fuera una obligación, al vicepresidente Angelino Garzón, dizque por ser vallecaucano.

Al menos eso fue lo que escribió Diego Martínez en su columna de El País. Ahora resulta que Angelino debe ser El Salvador, cuando hace apenas unos pocos años, como lo cacareaban a diario, era lo peor. ¡Qué no dijeron de Angelino en ese diario!

No señor. Pero si de algo les sirve, pues el nuevo mandatario regional podría decirse que es cuota de Garzón. Lo que sí debe hacer el señor Lourido es tratar de ordenar la administración y poner las cosas claras y en su sitio.

Necesitamos saber la verdad. Poco bien se hace él y le hace el Estado como tal, el afán del ex gobernador Juan Carlos Abadía Campo de amarrarse al poder, atornillarse a la silla del que fue su despacho. A las buenas o a las malas.

Es el momento de realizar una profunda reflexión: tanto por parte del nuevo mandatario como de los vallecaucanos que tendremos que volver a las urnas el año entrante para elegir sucesor a partir del 1º de enero de 2012. Eso esperamos.

El Valle del Cauca no aguanta más. Lo estallaron quienes trataron de ensañarse con el poder y lo tienen en el limbo. Pero no por culpa o responsabilidad exclusiva de quienes fueron elegidos. Sino de quienes los eligieron. Esa es la regla del juego.

Necesitamos gobernantes serios y preparados. Pero esos gobernantes, que se encargan de designar mandos medios, los elegimos quienes votamos y quienes se abstienen. Estos últimos también son culpables por acción u omisión.

De la mano de Dios, espero que como lo dijo Santos Calderón “le llegó la hora a Colombia” y como lo manifestó el gobernador del Valle del Cauca, Francisco Lourido “me quiero olvidar del pasado torbellino y mirar hacia el futuro”.

domingo, 1 de agosto de 2010

¿Conversar?¿Dialogar?

Colombia no se puede equivocar. El Estado se debe mantener incólume ante los terroristas. El Gobierno fortalecer la vocación de derrotar a quienes por vías de hecho tratan de desestabilizar nuestras instituciones democráticas.

Empezó mal la propuesta de alias Alfonso Cano al sugerir a través de un video de querer “conversar” con el presidente electo Juan Manuel Santos, para, según él, invitarlo al dialogo y a la negociación política.

A la guerrilla de las Farc no se le puede creer. Bienvenida cualquier propuesta de paz desde donde quiera que se presente. Pero que sea seria. Y digo que empezó mal pues no nos va a seducir después de décadas de tortura hacia el pueblo.

Si lo que quiere es sentarse a dialogar con el entrante gobierno, libere a los secuestrados, a los miles de menores que reclutó a la fuerza para delinquir, suspenda el secuestro, los ataques, y entonces, al menos, trataremos de creerle.

Pero hablar como si fuese un colombiano de bien en términos de “Hombre conversemos (…) No. Habla de superar la que denomina esta terrible situación. La misma que él y sus cuadrillas provocan a diario.

Empieza, al mejor estilo de Hugo Chávez, presidente de Venezuela, haciendo referencia a las bases militares de EE.UU. en Colombia. Por algo será. Cortinas de humo. Frases difusas para distraer la atención. Argumentos para atacar.

Sugiere políticas de la diplomacia. Las han tenido todas las habidas y por haber y han jugado con todo el mundo, países amigos, la iglesia, los mensajeros de paz, y con los secuestrados, a quienes utilizan como escudos de guerra.

Habla de DD.HH. y DIH. (¡!) El diablo haciendo hostias. El ratón cuidando el queso. Hechos. No palabrerías es lo que exige el pueblo de Colombia. Pide diálogo y asesinan seis policías que lo único que hacían era cumplir con su deber Patrio.

No más despejes. Ni una sola concesión más. Tampoco retroceder ni un ápice en lo avanzado en los ocho años recientes de gobierno de Uribe Vélez. Eso lo conoce mejor que cualquier compatriota, el presidente electo Juan Manuel Santos.

De hecho fue acertada la respuesta de su vicepresidente, Angelino Garzón, quien aseguró que las puertas del diálogo con la guerrilla estarán abiertas en el gobierno que comenzará el 7 de agosto. Pero condicionado a muestras reales de paz.

Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano, en su intervención asegura que los exitosos operativos de las FF.AA. contra la guerrilla no son el fin del fin y trata de justificar así su permanencia en la ilegalidad.

Puede ser. Lo que sí es un hecho es que llegará el día en que la guerrilla será vencida. Ocurrió en el resto del mundo. Solo algunos rezagos de retrógrados en muy pocos rincones del mundo se obstinan torpe y ciegamente en su empeño.

Mientras sigan desangrando una Nación, secuestrando inocentes, atacando poblaciones civiles indefensas, a mansalva, en la oscuridad, aliados con el narcotráfico y con los corruptos, no tendrán cabida en la sociedad.

Existen y han existido todos los mecanismos diplomáticos y jurídicos para acercamientos, diálogos, muestras de buena voluntad y lo único que han hecho es responder con bala, cilindros bomba, secuestros y ataques terroristas.

No nos seducen las aparentes buenas intenciones de lobo disfrazado de oveja de Cano. El tiempo hace rato se agotó. No obstante, como dice Angelino Garzón, las puertas del diálogo estarán abiertas. Eso sí: que cesen TODA la violencia.

Tienen que demostrar esa voluntad con actos. Y no lo han hecho. Y creo que no lo van a hacer. Ya habrá tiempo para otra disculpa. Pero como decía el inmolado líder Luis Carlos Galán Sarmiento: ¡Ni un paso atrás!

domingo, 25 de julio de 2010

Están asesinando a Cali

La alcaldía de Cali determinó lanzar la alerta naranja por el elevado y preocupante índice de homicidios en la capital del Valle del Cauca que registra un incremento en el número de asesinatos en lo corrido del año frente a igual periodo de 2009.

La violencia es un tema que va mucho más allá de los colores de las alertas que se emitan o decreten y tiene que ver con un fenómeno social estructural que si bien tiene aspectos coyunturales, su origen es de fondo y no de forma.

Todo lo que se haga para acabarlo es bienvenido. Lo que no se puede aceptar es que siempre lleguemos a lo mismo y que cuando comienza el descenso en las cifras haya celebración a manera de triunfo. El ideal es cero muertes violentas.

Consejos extraordinarios de seguridad, condenas públicas en micrófonos cada que ocurre un crimen, que se haga justicia, llamados a los violentos, aumento del pie de fuerza, presupuesto para actuar. No es suficiente. Hay que ir más allá.

Todas esas medidas son necesarias. Lo que ocurre es que, solas, serán insuficientes para evitar que en Colombia haya más de treinta mil homicidios al año en promedio. O que en Cali se rompa la curva hacia arriba para llegar a cero.

Venganzas personales con armas de fuego son, según las autoridades, dos de las causas de los casi mil asesinatos en el primer semestre del año en Cali. Odio, rencor, justicia personal a mano armada, exceso en el consumo de licor.

Es necesario comenzar por el principio. La recuperación de los valores desde la familia, el respeto por los demás, la resolución pacífica de conflictos y no acudir a la más rápida pero funesta: el crimen. Es fácil decirlo. Difícil, muy difícil lograrlo.

Este no es un problema exclusivo de Cali. Lo viven todas las grandes ciudades, no solo en Colombia. Pero también hay que tomar medidas. Evitar el desplazamiento forzado es una de ellas. Invertir en el campo para que haya seguridad y trabajo.

De lo contrario los cinturones de miseria seguirán en aumento. Ejércitos de compatriotas que llegan huyendo, con el dolor de la pérdida de sus seres queridos, sus gallinas, sus vacas y predios, sin presente y sin futuro en la urbe.

Adicionalmente es necesario fortalecer la acción de la justicia para que esta actúe con severidad y no que ante la falta de condenas drásticas, el actor primario de la violencia se sienta “autorizado y protegido” para actuar por la impunidad.

Entregarles dientes, herramientas a las autoridades para que puedan contrarrestar la inseguridad. El ejército, la policía y los organismos de seguridad tienen que tener los mecanismos adecuados para perseguir a quienes infringen la Ley.

Cerrarle el paso al narcotráfico que está vivo. Es más, va en aumento. El poder del dinero fácil no tiene fronteras. Lo vivimos en Colombia. E infortunadamente lo vive nuestro hermano país de México. Caldo de cultivo para las bandas criminales.

Es complejo. No existe solución única. Es un monstruo de mil cabezas. Tampoco es un problema que le compete solamente al alcalde de turno o al comandante de la policía. También es suyo. De todos. Se requiere carácter y decisión.

Este es quizá el más apremiante y complejo dilema social de Cali. Que asesinen la ciudad con armas de fuego en su mayoría (80%) por venganzas personales. Todos perdemos. Nadie gana. Ni el que dispara u ordena apretar el gatillo.

Tampoco es un asunto de barrios o estratos. Es de sociedad. Y si bien son las autoridades las llamadas a tomar medidas de gobierno y actuar operativamente, lo cierto es que la ciudad la hacemos todos quienes en ella habitamos.

No era prudente aumentar la hora zanahoria. Tampoco está bien que el mismo Estado propicie que las armas proliferen -me refiero a las adquiridas legalmente- pues las de contrabando son eso: ilegales. Pero hay que combatirlas y evitarlas.

Lo que ocurre es que no podemos darle la espalda a un tema tan sensible como este, simplemente porque a muchos no les haya tocado a la puerta. La muerte, en la mayoría de los casos en Colombia, llega sin llamar. No avisa.

El ideal en una sociedad medianamente humana es cero muertes violentas. Pero las cifras que hoy registran muchas ciudades, entre ellas la Cali que amamos, son un reflejo salvaje. Repudiable. Y es asunto de todos.

domingo, 18 de julio de 2010

Uribe tirapiedras

Constitucionalmente el mandato del presidente Álvaro Uribe Vélez es hasta el próximo 7 de agosto cuando asumirá esa investidura su sucesor, el electo Juan Manuel Santos. Eso está claro y no tiene discusión alguna.

Tampoco se discute que el jefe de Estado decline en ninguna de sus obligaciones tanto dentro como fuera del país, especialmente en cuanto a la soberanía Nacional se refiere, hasta esa fecha. Aunque quisiera seguir.

En lo que considero se equivoca, es en la forma como en repetidas ocasiones, de manera particular la semana que termina, ha manejado sus esquivas y turbulentas relaciones con Venezuela. No tanto ya con Ecuador.

Antes conviene reiterar que los demócratas estamos de acuerdo en perseguir a los terroristas, Farc, Eln, Paramilitares, Narcotraficantes o sea cual fuere su denominación, con todo el rigor hasta el último rincón del planeta.

Pero cuando se tienen denuncias con pruebas -como lo afirmó el gobierno- de presencia guerrillera en Venezuela- para eso, antes de salir a la diplomacia del micrófono, existen unos conductos regulares a través de la Cancillería.

Por respeto además con el sucesor de Uribe Vélez -Santos Calderón- éste debió ser informado previamente. Además, como ex ministro de Defensa, conoce a la perfección las diferencias con Hugo Chávez. Su pensamiento y procederes.

También con el presidente de Ecuador, Rafael Correa, pues fue el presidente electo quien lo dejó en evidencia -que fue lo que le molestó- con la muerte del terrorista y criminal Raúl Reyes; no tanto que hubiese invadido su territorio.

No creo, como lo sugirió un analista venezolano cuyo nombre fue omitido en un diario de circulación nacional en Colombia, que ese plan lo habrían montado Uribe Vélez y Santos Calderón.

Los analistas y los periodistas, si bien no podemos ser ciento por ciento neutrales ni objetivos (en eso nunca he creído y nadie lo ha demostrado), al menos debemos tratar de acercarnos a ello para orientar y no exacerbar multitudes.

Flaco servicio le hizo Uribe a Santos con este episodio. Todos, desde hace muchos años sabemos que la guerrilla se esconde en esos países. Con o sin anuencia de sus gobiernos. Pero fue la forma lo que calentó al vecindario.

No es miedo ni temor sino un respeto a las relaciones internacionales y binacionales de un gobierno que a tres semanas del relevo en la Casa de Nariño opta por la vía del micrófono y no de agotar todas las instancias diplomáticas ni la discreción.

Lo que no implica que Colombia deba ceder ante ningún gobierno extranjero así sea vecino. Mucho menos ante Hugo Chávez ni Rafael Correa cuyos antecedentes de coquetear con la guerrilla son conocidos.

Eso jamás. Pero sí de tratar, con el acompañamiento internacional como testigo, de evitar que se llegue a situaciones extremas como el rompimiento de relaciones o algo más…No digo qué porque detesto la palabra guerra.

Lo que sí está claro es que la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la OEA convocada para el próximo jueves 22 no pasará si es que llega allá, de un pronunciamiento o comunicado.

Los tiranos -y Chávez lo es- no les hacen caso a organismos como la OEA ni la ONU.

domingo, 11 de julio de 2010

¡FIESTA BRAVA Y OLÉ!

ESPAÑA 2010-BRASIL 2014

La lección más importante que nos dejó el mundial de fútbol Sudáfrica 2010 es que las estrategias y tácticas empleadas para la guerra se pueden aplicar perfectamente y con éxito en el terreno de juego donde se encuentran pacíficamente los pueblos.

España Campeón Mundial de fútbol 2001 en Sudáfrica: Fiesta Brava, rabo y orejas, vuelta al ruedo y Puerta Grande para un gran equipo. De la mano de Vicente del Bosque un excelente trabajador, humilde, sencillo y ante todo, sereno, que supo entregar su experiencia a los jóvenes futbolistas que dirigió exitosamente.

Dignísimo segundo lugar para Holanda, los tulipanes, que recordaron la Naranja Mecánica en su tercer intento por conquistar la Copa Mundo. Un equipo ordenado técnicamente, bien dotado físicamente, disciplinado y que expuso uno de los mejores juegos del certamen. Gran director técnico, Bert van Marwijk.

Justos tercero y cuarto Alemania y Uruguay respectivamente. El primero con el grupo más joven, dirigido por Joachim Löw y con un envidiable futuro para el 2014. Seguido de la garra charrúa que volvió por sus fueros. Gran representante de América en Sudáfrica. Con un caballero dentro de la cancha: Diego Forlán.

Suráfrica tuvo la oportunidad de mostrarle al mundo quién es en el contexto internacional. Fortalezas y debilidades. Seguramente todo volverá a como era antes del certamen orbital. Pero esa es la Ley de quienes piden ser sede de eventos que solo puede organizar un gigante.

Ese gigante es la Fifa. Un monstruo. Una máquina de hacer dinero. Con todo el poder que le imprime su globalidad y la cantidad de afiliados -208 países-. Pero que nadie se llame a engaños. La Federación es un negocio. No una entidad sin ánimo de lucro y mucho menos un organismo humanitario.

La próxima cita será en uno de los países emergentes de América Latina, Brasil, potencia mundial en fútbol. Pentacampeón. Con sed de otro triunfo que le permita argumentar la inversión que realizará. La tierra del inolvidable e inigualable, Pelé.

Apartes de lo que podría concluir sobre Suráfrica 2010:

En fútbol, cuando se pierde, se rompe por lo más delgado: despedir al técnico. Algunos descabezados fueron Lippi de Italia, Rehhagelde Grecia, Domenech de Francia, Okada del Japón, Aguirre de México, Dunga de Brasil, Maradona dijo dizque “cumplí mi ciclo” -¿cuál?- técnico nunca ha sido ni lo será.

Las revelaciones, serios, entregados, con altísimo rendimiento: Miroslav Klose de Alemania, Diego Forlán de Uruguay, David Villa de España y Wesley Sneijder de Holanda.

Los estrellados: Lionel Messi de Argentina, Wayne Rooney de Inglaterra, Frank Ribéry de Francia, Samuel Eto´o de Camerún, Cristiano Ronaldo (el de los calzoncillos) de Portugal, Kaká de Brasil, y Didier Drogba de Costa de Marfil.

Caso aparte merece lo que políticamente implicaron las determinaciones de Francia y Nigeria con sus selecciones. El primero, subcampeón mundial por la forma ruinosa y pobre como participó y se fue. Y la segunda por la drástica sanción de su gobierno tras ser eliminada: dos años sin competencia internacional alguna.

Para destacar la vuvuzela. El despliegue humano y técnico de Direct T.V. Las paupérrimas transmisiones de algunos gritadores (narradores) colombianos que no aprenden. Y la actitud prepotente de algunos que se dicen comentaristas y no son más que hinchas. Les ganó “El Corresponsal” de Davivienda, para vergüenza de la mayoría de aquellos. El Jabulani no tiene disculpa, todos jugaron con el mismo balón. Bueno, regular o malo.

El mejor fútbol lo jugaron Holanda y España seguidas de Alemania y Uruguay. Defraudaron los seis delegados de África. Con más pena que gloria y mucha vergüenza de la mala, abandonaron: Francia, Italia, Inglaterra y Portugal.

Nos salvamos de ver al periquero de Maradona quien juró que le daría la vuelta en peloto al Obelisco en Buenos Aires si quedaba campeón. Si produce repugnancia vestido, no quiero imaginarlo en cueros. Prefiero a la Riquelme de Paraguay.

Añoro el 4-2-4, el toque-toque, el fútbol veloz por las puntas, la filigrana. Volvieron los errores de los árbitros, que como seres humanos, jamás serán desterrados así se aplique la tecnología. Lo que si debe hacer la Fifa es tomar medidas y sancionar drásticamente a quienes tienen fallas técnicas o aquellos que actúan de mala fe.

La gran ganadora, sin jugar, Shakira, con su Waka Waka, abrió y cerró el mundial. Estuvo superlativa.

Gracias Sudáfrica. Bienvenida Brasil 2014…

lunes, 5 de julio de 2010

DE LARRY KING A JUAN GOSSAÍN

El periodismo conoció esta semana el anuncio de dos retiros de quienes durante décadas se atornillaron en sus puestos de televisión y radio con los vaivenes que implican los medios de comunicación.

Larry King, el controvertido y polémico norteamericano de las tirantas luego de veinticinco años al frente de su Live en CNN, decidió, que después de siete matrimonios, desea dedicarles más tiempo a sus hijos. Ya era hora.

Juan Gossaín, la voz ronca de San Bernardo del Viento hizo lo propio en RCN Radio al cumplir veintisiete años en la dirección de noticias luego de convencer a sus propietarios de trasladarse a Cartagena, pues nunca lo sedujo la fría Bogotá.

Anunció, al igual que el primero, que quiere entregarse de lleno a sus nietos y al Centro de Altos Estudios de Periodismo en Colombia, a leer, escribir y mirar el mar; menos volverse un haragán a su edad. Ya era hora.

Exitosos. Buenos entrevistadores. Chivosos. Con kilometraje físico y profesional. Ambos ricos. Periodísticamente, King con mayor libertad. Gossaín, atado a los compromisos que existen en Colombia. Sin duda, legados del buen periodismo.

No obstante, siempre he considerado que es imposible ser absolutamente neutral y objetivo. Y menos en nuestro país. Lo acaba de demostrar la reciente campaña política por la presidencia. Casi todos los periodistas se dejaron ver el cobre.

Uno de ellos, Vladdo, quien con pasión, y casi con odio, dejó entrever que tomó partido tan abruptamente, que sus mensajes caricaturescos perdieron -al menos para muchos- el encanto y misterio que tuvieron en el pasado. Está verde.

King y Gossaín, si bien representaron una época con enormes aportes para el periodismo y la comunicación, también significan el anquilosamiento en el cargo que impide que surjan nuevos valores. Televidentes, oyentes y lectores, se cansan.

Y lo que es peor, que sus enormes sueldos -bien ganados pues el ideal es que todos ganemos bien- impiden que muchos de sus carga ladrillos, sobre todo en Colombia, tengan un porvenir despejado; inclusive, muchos trabajan por cupos publicitarios.

En la administración moderna permanecer más de cinco años en el mismo cargo es síntoma de estancamiento. Se puede ascender, más no consumirse. La comodidad de la quincena segura y del mandato para que otro se gane los laureles.

Si ese fuese el objetivo, los presidentes, salvo los tiranos que se quedan décadas, tendrían periodos de 25 y 27 años respectivamente. Pero no es así. El mundo cambia, las nuevas tecnologías se actualizan y el periodismo avanza.

Fueron muchos los aportes de Larry King y Juan Gossaín al periodismo, cada uno en su campo. Y eso se lo debemos agradecer, aún con sus debilidades, que también las tienen, y muchas. Serán ejemplo para las generaciones por venir.

Ahora el turno es para quienes llegan a refrescar el ambiente. Hombres y/o mujeres con ideas frescas que le impregnen aires de cambio y bríos a la prensa, la radio y la televisión. Y turno para quienes también les llegó la hora del retiro.

Que es más de uno…Y que se creen dueños absolutos de la verdad. Consideran que porque tienen una cámara, un micrófono o una pluma con la posibilidad de medio masivo, pueden hacer lo que les da la gana con quien se les viene en gana.

Y muchas veces el temor, más que el respeto de los entrevistados, hace que estos sucumban y digan muchas veces lo que los susodichos periodistas quieren escuchar. Les llegó la hora. Así no se vayan. Ni se quieran ir. Ya es hora.

domingo, 27 de junio de 2010

TUELA, JUSTICIA Y MEDIOS

Sorprendidos nos declaramos muchos colombianos sobre los fallos de la justicia en Colombia. Con la salvedad de que como no todos somos abogados ni tenemos por qué conocer sus vericuetos.

Casos recientes:

El del gobernador del Valle del Cauca, Juan Carlos Abadía Campo, quien es sancionado y destituido. Y de un día para otro reintegrado a sus funciones. ¡Quien dijo ira en la Procuraduría General de la Nación!

El de los soldados del ejército implicados en la muerte de los diez policías y un civil en zona rural de Jamundí a quienes les rebajan en un cincuenta por ciento las penas a las que habían sido condenados.

El del mismo coronel Plazas Vega sobre el Palacio de Justicia quien veinticinco años después es condenado a treinta años en una determinación que divide la opinión pública y no existe unanimidad de criterios.

Y qué decir de la designación del nuevo Fiscal General de la Nación. La Corte acepta que la terna es válida. Pero van diez reuniones para elegir y no existe una explicación clara sobre el por qué no ocurre. ¿Retaliación, política, fallas? Yo diría que lo primero.

Voy por partes. La justicia cuando actúa, primero, no tiene que consultar la opinión pública. Y segundo, cuando falla, no lo hace pensando en que exista unanimidad nacional en torno a sus conceptos jurídicos.

Lo cierto es que la majestuosidad de la justicia en Colombia y el respeto absoluto por el poder judicial se ha perdido. No solo el de las altas Cortes sino hasta el del más humilde de los juzgados en el país.

No es si no ver el enfrentamiento radical entre sus máximos exponentes y el propio presidente Álvaro Uribe Vélez que sin duda han contribuido a ese desgaste y debilitamiento.

Lo propio ocurre con la organización interna del poder judicial que adolece de una infraestructura que le permita ser ágil, independiente y autónomo. Y la cacareada politización de muchos estrados judiciales.

Si a ello le sumamos el controvertido papel del Consejo Superior de la Judicatura, que para muchos debe desaparecer, se conforma un entorno que en nada favorece la justicia que debería representar el equilibrio del Estado.

Y lo medios, que hacemos de la justicia un espectáculo y trasladamos, muchas veces con desconocimiento absoluto de la mayoría de los periodistas, las decisiones de los jueces, a la picota pública de la justicia del micrófono. Espectáculo.

Se necesitan cambios profundos en el ordenamiento y operación de la justicia en Colombia. Independencia absoluta de los jueces en el país, ajenos a cualquier tentáculo politiquero. Y un papel más educativo y socializador por parte de la prensa, la radio y la televisión.

Porque la farándula está bien que siga en manos de las reinas, hoy presentadoras, pero nunca periodistas y mucho menos analistas -en su mayoría, no todas- de la realidad nacional. Sobre todo en un tema tan profundo como el de la justicia.

Y no, como algunos pretenden, acabar con la tutela, quizá uno de los mayores logros de la Constitución Política de 1991.