domingo, 1 de agosto de 2010

¿Conversar?¿Dialogar?

Colombia no se puede equivocar. El Estado se debe mantener incólume ante los terroristas. El Gobierno fortalecer la vocación de derrotar a quienes por vías de hecho tratan de desestabilizar nuestras instituciones democráticas.

Empezó mal la propuesta de alias Alfonso Cano al sugerir a través de un video de querer “conversar” con el presidente electo Juan Manuel Santos, para, según él, invitarlo al dialogo y a la negociación política.

A la guerrilla de las Farc no se le puede creer. Bienvenida cualquier propuesta de paz desde donde quiera que se presente. Pero que sea seria. Y digo que empezó mal pues no nos va a seducir después de décadas de tortura hacia el pueblo.

Si lo que quiere es sentarse a dialogar con el entrante gobierno, libere a los secuestrados, a los miles de menores que reclutó a la fuerza para delinquir, suspenda el secuestro, los ataques, y entonces, al menos, trataremos de creerle.

Pero hablar como si fuese un colombiano de bien en términos de “Hombre conversemos (…) No. Habla de superar la que denomina esta terrible situación. La misma que él y sus cuadrillas provocan a diario.

Empieza, al mejor estilo de Hugo Chávez, presidente de Venezuela, haciendo referencia a las bases militares de EE.UU. en Colombia. Por algo será. Cortinas de humo. Frases difusas para distraer la atención. Argumentos para atacar.

Sugiere políticas de la diplomacia. Las han tenido todas las habidas y por haber y han jugado con todo el mundo, países amigos, la iglesia, los mensajeros de paz, y con los secuestrados, a quienes utilizan como escudos de guerra.

Habla de DD.HH. y DIH. (¡!) El diablo haciendo hostias. El ratón cuidando el queso. Hechos. No palabrerías es lo que exige el pueblo de Colombia. Pide diálogo y asesinan seis policías que lo único que hacían era cumplir con su deber Patrio.

No más despejes. Ni una sola concesión más. Tampoco retroceder ni un ápice en lo avanzado en los ocho años recientes de gobierno de Uribe Vélez. Eso lo conoce mejor que cualquier compatriota, el presidente electo Juan Manuel Santos.

De hecho fue acertada la respuesta de su vicepresidente, Angelino Garzón, quien aseguró que las puertas del diálogo con la guerrilla estarán abiertas en el gobierno que comenzará el 7 de agosto. Pero condicionado a muestras reales de paz.

Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano, en su intervención asegura que los exitosos operativos de las FF.AA. contra la guerrilla no son el fin del fin y trata de justificar así su permanencia en la ilegalidad.

Puede ser. Lo que sí es un hecho es que llegará el día en que la guerrilla será vencida. Ocurrió en el resto del mundo. Solo algunos rezagos de retrógrados en muy pocos rincones del mundo se obstinan torpe y ciegamente en su empeño.

Mientras sigan desangrando una Nación, secuestrando inocentes, atacando poblaciones civiles indefensas, a mansalva, en la oscuridad, aliados con el narcotráfico y con los corruptos, no tendrán cabida en la sociedad.

Existen y han existido todos los mecanismos diplomáticos y jurídicos para acercamientos, diálogos, muestras de buena voluntad y lo único que han hecho es responder con bala, cilindros bomba, secuestros y ataques terroristas.

No nos seducen las aparentes buenas intenciones de lobo disfrazado de oveja de Cano. El tiempo hace rato se agotó. No obstante, como dice Angelino Garzón, las puertas del diálogo estarán abiertas. Eso sí: que cesen TODA la violencia.

Tienen que demostrar esa voluntad con actos. Y no lo han hecho. Y creo que no lo van a hacer. Ya habrá tiempo para otra disculpa. Pero como decía el inmolado líder Luis Carlos Galán Sarmiento: ¡Ni un paso atrás!

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