lunes, 30 de agosto de 2010

Qué pasa con el Valle del Cauca

Lamentable y preocupante lo que le ocurre al que debería ser el primer departamento de Colombia. Según la Cepal es el cuarto. Y por fuera de nuestras fronteras se burlan del otrora símbolo de fortaleza, desarrollo y liderazgo Nacional.

No hemos tocado fondo pero a juzgar por las declaraciones del designado gobernador, Francisco José Lourido Muñoz, algo podrido huele en el interior de la administración que está a punto de convertirla en estado comatoso.

Las denuncias sobre un complot para evitar que la información fluya, fallen las telecomunicaciones y los vallecaucanos podamos conocer de primera mano dónde estamos y para dónde vamos, son muchísimo más graves de lo que pareciera.

Estamos cerca a una figura que en la Constitución se conoce como Traición a la Patria, en este caso a la Patria Chica que es nuestro Valle del Cauca y que amerita una profunda investigación para que los culpables sean juzgados y condenados.

Lo primero sería establecer si la orden proviene de afuera o si la pusieron en marcha quienes se quieren enquistar en las mieles de la burocracia para succionarla como sanguijuelas aprovechando la confusa coyuntura. ¡Qué asco!

Aquí no se trata de que quienes así se comportan sean “leales” a sus jefes políticos, sean del partido o movimiento que sea. Simplemente de la grandeza -que les falta- de entregar lo mejor por el departamento. Pero son traicioneros. Y así deberán proceder las autoridades.

Sería prudente que el destituido ex gobernador Juan Carlos Abadía se pronuncie al respecto y desautorice a quienes violan las normas legalmente constituidas o por el contrario acepte que sus seguidores están en su derecho de hacerlo.

En el primer caso, por lo menos se quitaría el Inri que pende sobre su nombre y en el segundo pues entonces que las autoridades procedan. Unos y otros tendrán que responder por lo que está ocurriendo. Frenaron el ya lento avance del Valle.

Adicionalmente y como si lo anterior fuera poco, le falta celeridad y claridad al Gobierno Nacional en torno a la actual situación de Lourido Muñoz, especialmente en las declaraciones del Ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras.

En nada favorece la incertidumbre que rodea a la administración el hecho de lanzar desde esa cartera una supuesta inhabilidad mientras que en la Vicepresidencia
-Angelino Garzón- y en la Casa de Nariño le dicen “adelante”. ¿A qué precio?

Mientras esto ocurre ya hay quienes dan por elegido, en caso de ir a elecciones, al ingeniero Víctor Julio González Riascos quien contaría con el apoyo del partido de la U y del Pin. ¿Qué tal? Y Lourido Muñoz sin saber si quiera cuál es el hueco fiscal que le dejaron.

A los politiqueros no les importa eso. Ellos lo único que quieren es garantizar la chanfaina para su propio beneficio a costa de lo que sea. Aquí no valen los acuerdos suprapartidistas para salir del atolladero. No señores. Tapen tapen.

Acá de lo que se trata es de atravesársele a Angelino -que ya se les atravesó- frenar al sector privado y empresarial que se les metió raudo en el rancho -gracias a Angelino- y seguir en las mismas y con los mismos. Al menos eso parece ser lo que están cocinando.

¿Se imaginan lo que nos ocurrirá en caso de pasar la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores? ¿Unos dos o tres periodos de John Maro, Apolinar o Abadía? Apague y vámonos.

Pero ante todo necesitamos saber la verdad. Quien nos la cuente en detalle. Y a partir de allí que los responsables y culpables de todo lo que no funciona sean castigados con la severidad que las circunstancias lo demandan.

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