sábado, 6 de noviembre de 2010

CIEN DÍAS

CIEN DÍAS

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón llegó a sus primeros cien días de gobierno con una aprobación de sus compatriotas del 89% y una imagen positiva del 87%. En estadística, las cifras hablan por sí solas.

Si bien su gestión apenas comienza y no es el momento de hacer balances sino proyecciones, pues en noventa días es imposible entregar resultados, demostró, desde antes de asumir la primera magistratura, que no improvisaría.

Marcó diferencias radicales frente al ex presidente Álvaro Uribe Vélez y las seguirá marcando pues su preparación para llegar a la Casa de Nariño comenzó hace más de veinte años y por lo tanto es un hombre de Estado con estudio y experiencia.

Con el correr de los días quedó demostrada la sucia campaña presidencial, a las que nos estamos acostumbrando, en la que se le acusó de lo divino y humano, lo habido y por haber. Respetuoso y en silencio, respondió, con hechos, lo contrario.

Tampoco es el momento de cantar victoria pues su administración apenas despega. Y si bien su programa de gobierno fue preparado con anticipación, su aplicación como plataforma de ejecución está en sus inicios.

Nacional e internacionalmente la percepción y la sensación de colombianos y extranjeros es de cambio, de unidad, de mano dura pero de sensibilidad en su accionar, competitivamente rodeado y enormes expectativas.

Existen campos en los que los resultados son a mediano y largo plazo como en lo social, económico y de empleo. Otros –relaciones con Venezuela y Ecuador, con las Altas Cortes- que son inmediatos y no admiten un ápice de duda.

La Unidad Nacional, con fisuras, ha marchado. Infortunadamente muchas de sus ambiciosos Proyectos de Ley han sufrido el desgaste de tener que enfrentar las bien aceitadas maquinarias de senado y cámara que no ceden a sus viejas costumbres.

En materia de seguridad el reto es enorme pues la seguridad democrática, exitosa durante su ministerio en la Defensa Nacional, se deberá convertir ahora, sin olvidar aquella, en seguridad ciudadana en los centros urbanos del país.

Infortunadamente para el presidente Santos Calderón y para el país, prácticamente no hay oposición pues lo que ocurre en el Polo con su derretimiento, no permite vislumbrar una veeduría juiciosa desde la otra orilla.

Y del Partido Verde que gracias a los jóvenes y las redes sociales tuvo una burbuja pasajera durante la pasada campaña presidencial, está lejos de madurar. Ojalá la autocrítica la permita al Jefe de Estado que su urna de cristal sea una realidad.

Cien días de gobierno es muy poco. Lo cierto es que según las encuestas y lo que uno palpa entre los colombianos es que como vamos, vamos bien. Y que gracias a Dios no hubo un tercer mandato.

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