lunes, 5 de julio de 2010

DE LARRY KING A JUAN GOSSAÍN

El periodismo conoció esta semana el anuncio de dos retiros de quienes durante décadas se atornillaron en sus puestos de televisión y radio con los vaivenes que implican los medios de comunicación.

Larry King, el controvertido y polémico norteamericano de las tirantas luego de veinticinco años al frente de su Live en CNN, decidió, que después de siete matrimonios, desea dedicarles más tiempo a sus hijos. Ya era hora.

Juan Gossaín, la voz ronca de San Bernardo del Viento hizo lo propio en RCN Radio al cumplir veintisiete años en la dirección de noticias luego de convencer a sus propietarios de trasladarse a Cartagena, pues nunca lo sedujo la fría Bogotá.

Anunció, al igual que el primero, que quiere entregarse de lleno a sus nietos y al Centro de Altos Estudios de Periodismo en Colombia, a leer, escribir y mirar el mar; menos volverse un haragán a su edad. Ya era hora.

Exitosos. Buenos entrevistadores. Chivosos. Con kilometraje físico y profesional. Ambos ricos. Periodísticamente, King con mayor libertad. Gossaín, atado a los compromisos que existen en Colombia. Sin duda, legados del buen periodismo.

No obstante, siempre he considerado que es imposible ser absolutamente neutral y objetivo. Y menos en nuestro país. Lo acaba de demostrar la reciente campaña política por la presidencia. Casi todos los periodistas se dejaron ver el cobre.

Uno de ellos, Vladdo, quien con pasión, y casi con odio, dejó entrever que tomó partido tan abruptamente, que sus mensajes caricaturescos perdieron -al menos para muchos- el encanto y misterio que tuvieron en el pasado. Está verde.

King y Gossaín, si bien representaron una época con enormes aportes para el periodismo y la comunicación, también significan el anquilosamiento en el cargo que impide que surjan nuevos valores. Televidentes, oyentes y lectores, se cansan.

Y lo que es peor, que sus enormes sueldos -bien ganados pues el ideal es que todos ganemos bien- impiden que muchos de sus carga ladrillos, sobre todo en Colombia, tengan un porvenir despejado; inclusive, muchos trabajan por cupos publicitarios.

En la administración moderna permanecer más de cinco años en el mismo cargo es síntoma de estancamiento. Se puede ascender, más no consumirse. La comodidad de la quincena segura y del mandato para que otro se gane los laureles.

Si ese fuese el objetivo, los presidentes, salvo los tiranos que se quedan décadas, tendrían periodos de 25 y 27 años respectivamente. Pero no es así. El mundo cambia, las nuevas tecnologías se actualizan y el periodismo avanza.

Fueron muchos los aportes de Larry King y Juan Gossaín al periodismo, cada uno en su campo. Y eso se lo debemos agradecer, aún con sus debilidades, que también las tienen, y muchas. Serán ejemplo para las generaciones por venir.

Ahora el turno es para quienes llegan a refrescar el ambiente. Hombres y/o mujeres con ideas frescas que le impregnen aires de cambio y bríos a la prensa, la radio y la televisión. Y turno para quienes también les llegó la hora del retiro.

Que es más de uno…Y que se creen dueños absolutos de la verdad. Consideran que porque tienen una cámara, un micrófono o una pluma con la posibilidad de medio masivo, pueden hacer lo que les da la gana con quien se les viene en gana.

Y muchas veces el temor, más que el respeto de los entrevistados, hace que estos sucumban y digan muchas veces lo que los susodichos periodistas quieren escuchar. Les llegó la hora. Así no se vayan. Ni se quieran ir. Ya es hora.

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