El valor, la tenacidad, constancia, perseverancia y el estoicismo de los familiares de los once ex diputados del Valle del Cauca, masacrados por las Farc luego de someterlos a un criminal cautiverio de más de cinco años. Un solo instante de secuestro es demasiado para cualquier ser humano. Un delito execrable, de lesa humanidad. Ahora, a seguir luchando por la liberación de los demás cautivos y la devolución de todos aquellos muertos en poder de sus captores. Sin exigencia alguna. Quedó claro que para liberarlos, devolverlos o negociar un Acuerdo Humanitario, no es necesario despejar un ápice del territorio nacional. Es cuestión de voluntad política. Y para aquellos que reclaman de la guerrilla flexibilización en su accionar, el mensaje no puede ser más contundente. No le importa el dolor de los colombianos. No siente
Momento oportuno además para rodear al Estado que representan el ejército y la policía que en medio de las dificultades – tanto internas como externas-, son quienes ponen el pecho en condiciones adversas para luchar y combatir el crimen. Y es que si bien algunos se tuercen, la mayoría son hombres y mujeres buenos, que trabajan con entrega y respeto por sus uniformes, símbolos de una Nación que lucha por la equidad social y la conciliación. Y más que un guiño, un mensaje claro para quienes aspiren a suceder al presidente Álvaro Uribe Vélez, en el sentido de lo que les espera con las Farc.
Regresando a aquella fatídica mañana en el edificio San Luís, sede de la asamblea del Valle del Cauca, en el corazón de Cali, en una operación armada del bloque Occidental, un llamado de atención para quienes potencialmente sean blanco de la guerrilla, el narcotráfico y la delincuencia, así como para el gobierno y las autoridades, para evitar que se repita una acción de este tipo. Ya había ocurrido con los secuestros masivos de
Tiempo de reflexión también para nosotros los periodistas y los medios de comunicación en el cubrimiento del conflicto armado. Editorialmente lo habían hecho el diario El Tiempo y El País de Cali, por los excesos cometidos. Hubo desde noticias irresponsables como aquella según la cual por Caloto una noche cruzó un camión con un olor nauseabundo que indicaba que ya los cadáveres de los ex diputados estaban en el lugar, hasta otra en la que un periodista, después de “describir” los supuestos momentos dramáticos y de horror que se vivían en el Cauca, al preguntarle a su entrevistada, la mujer negó que tuviesen miedo y que por el contrario, en el lugar no pasaba nada diferente a la presencia de los periodistas. Existe un postulado elemental en el periodismo. Es que debemos consultar, siempre, más de una fuente. En ese caso la fuente oficial, era el Comité Internacional de
1 comentario:
Muy interesante tu informe
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