El presidente venezolano Hugo Chávez Frías, parece haber aprendido la lección. Al menos eso fue lo que demostró en su reunión con su par colombiano, Alvaro Uribe Vélez, y se normalizan las relaciones diplomáticas y comerciales entre los dos países.
No obstante la historia reciente nos enseña que nuestro país debe ser cauteloso, no sea que las sonrisas y apretones de manos sean flor de un día. Por el contrario, que perduren en el tiempo, como debe ser entre dos naciones hermanas y unidas no solo geográficamente.
Lo ideal es que lo propio ocurra con el jefe de estado ecuatoriano Rafael Correa, a quien no tanto la incursión del ejército colombiano en su territorio, como la evidencia en la que quedó ante el mundo, lo tienen en una posición tercamente ciega ante la comunidad internacional.
Porque con Daniel Ortega en Nicaragua, declarado abiertamente pro Farc, terroristas y criminales, las cosas serán a otro precio, especialmente porque su interés va más allá del departamento de San Andrés y Providencia.
Los gobernantes y políticos de América Latina -lista a la que se suma el boliviano Evo Morales- no deberían confundir el giro hacia la izquierda socialista con la politiquería a ultranza que conlleva a reveses de opinión como está ocurriendo en los tres países.
Muy diferente a lo que sucede con los moderados Lula Da Silva en Brasil y Michelle Bachelet Jerie en Chile. Ejemplo que si no sigue la argentina Cristina Fernández Krichner, se irá al despeñadero más pronto que tarde.
Lección que debe aprender Uribe Vélez de la señora Piedad Córdoba, traidora, malintencionada y como dicen los muchachos, mala leche. Seguramente la veremos en cueros como Yidis Medina aceptó empelotarse, como si esto fuera un circo.-
No obstante la historia reciente nos enseña que nuestro país debe ser cauteloso, no sea que las sonrisas y apretones de manos sean flor de un día. Por el contrario, que perduren en el tiempo, como debe ser entre dos naciones hermanas y unidas no solo geográficamente.
Lo ideal es que lo propio ocurra con el jefe de estado ecuatoriano Rafael Correa, a quien no tanto la incursión del ejército colombiano en su territorio, como la evidencia en la que quedó ante el mundo, lo tienen en una posición tercamente ciega ante la comunidad internacional.
Porque con Daniel Ortega en Nicaragua, declarado abiertamente pro Farc, terroristas y criminales, las cosas serán a otro precio, especialmente porque su interés va más allá del departamento de San Andrés y Providencia.
Los gobernantes y políticos de América Latina -lista a la que se suma el boliviano Evo Morales- no deberían confundir el giro hacia la izquierda socialista con la politiquería a ultranza que conlleva a reveses de opinión como está ocurriendo en los tres países.
Muy diferente a lo que sucede con los moderados Lula Da Silva en Brasil y Michelle Bachelet Jerie en Chile. Ejemplo que si no sigue la argentina Cristina Fernández Krichner, se irá al despeñadero más pronto que tarde.
Lección que debe aprender Uribe Vélez de la señora Piedad Córdoba, traidora, malintencionada y como dicen los muchachos, mala leche. Seguramente la veremos en cueros como Yidis Medina aceptó empelotarse, como si esto fuera un circo.-
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