La historia indica que los vallecaucanos somos hombres y mujeres líderes, proactivos, que nos crecemos ante las dificultades, con nobles ideales y ejemplo para Colombia en muchos frentes. La inmensa mayoría, demócratas, íntegros, respetuosos y poseedores de las cualidades que exige una sociedad libre pero que reclama y exige deberes y derechos. Los mismos que unos pocos violan y por supuesto, se encargan de dificultar el sendero por el que quisiéramos caminar hoy en favor del departamento y la Cali que anhelamos para nuestros hijos y para las generaciones por venir. Por eso la coyuntura nos exige, hoy más que antes, firmeza, reflexión y decisión en todos nuestros actos para enderezar el rumbo. No podemos ser inferiores al reto, pues esa inmensa mayoría a la que hago referencia, debe convertirse en agente multiplicador de buenos ejemplos. Sin restar ni dividir. Solo sumamos y multiplicamos. En todos los frentes. A un lado debemos hacer a los corruptos, los guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes, delincuentes comunes y de cuello blanco, politiqueros, en fin, todo aquello que implique ir en contra de nuestros principios éticos y morales. Solo así podremos recuperar el tiempo perdido. Exigiendo, denunciando, reclamando, imponiéndonos por acciones de derecho, no de hecho. Acatando las normas y los cánones de una sociedad moderna inspirada en la Constitución Política. Lo vamos a lograr. De momento, está claro para muchos que nos hemos equivocado en las urnas. Primero porque nos quedamos cortos tanto en los elegidos como en la cantidad de sufragantes. No puede ser que aún triunfe el abstencionismo, y una minoría, elija por todo el pueblo. Pero los pueblos tienen los gobernantes que se merece. Por eso mismo. Y en consecuencia, muchas autoridades, pierden eso, autoridad. Y quedamos al amparo de los oportunistas que se tragan lo que a todos pertenece. Necesitamos un cambio de actitud y seguro, que entre todos, ¡sí podremos!
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