Verdaderas lecciones para el mundo en general, pero para Colombia en particular, nos deja la Eurocopa que concluirá esta semana en Suiza y Austria.
Fútbol total, es decir, del bueno, con velocidad, clase, juego limpio, energía, fortaleza, ofensivo, goles de todas las facturas, que efectivamente, dá gusto.
Los estadios, como deben ser, gramillas impecables -no pasto-, graderías donde deben estar -cerca del campo- especialmente detrás de las porterías, orden y respeto.
La producción de televisión parece ciencia ficción, impecable, límpida, excepcionalmente bien hecha, desde el aire, pasando por las redes de los arcos, hasta las cámaras móviles y estáticas.
La narración de ESPN, como debe ser. Quienes vemos fútbol no necesitamos ni queremos que nos enreden con conceptos estúpidos, aburridores y cansones.
Aficionados que se dicen comentaristas prepotentes y groseros como muchos en Colombia, pese a que tienen un arma en su mano: el micrófono.
La organización magistral, el buen gusto hace honor a los países anfitriones, y en esta ocasión, una lección de grandeza por parte de la disímil afición proveniente de varias naciones.
Porque para no ir muy lejos en mi apreciación, lo de la noche del domingo 22 en el estadio Pascual Guerrero de Cali, nos dio grima asco, vergüenza ajena a quienes amamos a Cali.
Pero no tenemos autoridad, muchos de los invasores del campo actuaron como terroristas, por eso es que la Eurocopa de Fútbol es como champaña con caviar. Y lo de acá...ni hablar.
Fútbol total, es decir, del bueno, con velocidad, clase, juego limpio, energía, fortaleza, ofensivo, goles de todas las facturas, que efectivamente, dá gusto.
Los estadios, como deben ser, gramillas impecables -no pasto-, graderías donde deben estar -cerca del campo- especialmente detrás de las porterías, orden y respeto.
La producción de televisión parece ciencia ficción, impecable, límpida, excepcionalmente bien hecha, desde el aire, pasando por las redes de los arcos, hasta las cámaras móviles y estáticas.
La narración de ESPN, como debe ser. Quienes vemos fútbol no necesitamos ni queremos que nos enreden con conceptos estúpidos, aburridores y cansones.
Aficionados que se dicen comentaristas prepotentes y groseros como muchos en Colombia, pese a que tienen un arma en su mano: el micrófono.
La organización magistral, el buen gusto hace honor a los países anfitriones, y en esta ocasión, una lección de grandeza por parte de la disímil afición proveniente de varias naciones.
Porque para no ir muy lejos en mi apreciación, lo de la noche del domingo 22 en el estadio Pascual Guerrero de Cali, nos dio grima asco, vergüenza ajena a quienes amamos a Cali.
Pero no tenemos autoridad, muchos de los invasores del campo actuaron como terroristas, por eso es que la Eurocopa de Fútbol es como champaña con caviar. Y lo de acá...ni hablar.
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