El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se consolidó como uno de los nuevos líderes de América Latina. Su par de Estados Unidos, Barack Obama, se ratificó como el hombre más poderoso del mundo.
Ganó Colombia que demostró el cambio que de los trágicos 80´s, hoy puede recibir sin contratiempo alguno a Jefes de Estado desde Canadá hasta La Tierra del Fuego algo que entonces era un imposible. Las cosas han cambiado para bien.
Por verse los resultados de la cumbre empresarial, especialmente para ver hasta donde se logran las expectativas de los cinco temas propuestos por el anfitrión a los 33 países que integran las tres Américas.
Perdieron quienes insistieron en que temas que no hacían parte de la agenda, como Las Malvinas, las drogas y Cuba, protestaron contra EE.UU. y Canadá. Estos ratificaron que gústeles o no a los demás, tienen el poder que a aquellos les falta.
Como siempre, los mismos de siempre, haciendo pataletas y rabietas que en nada contribuyen con unir y fortalecer los propósitos de sociedades más justas y equilibradas socialmente.
Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Perú. Rodeando siempre a un par de anquilosados y quedados en el tiempo con la violación de los Derechos Humanos, sin libertad ni democracia: los hermanos Castro de Cuba.
Para Colombia, TLC, visas a diez años, lucha contra el crimen organizado, fueron los tres logros más importantes con EE.UU. y la consolidación de su alianza binacional en comercio y seguridad(es mejor tener amigos ricos y poderosos que pobres y sin poder).
Lo demás, el burro, las pataletas de los habitantes de Cartagena, de si la limpiaron o no para la ocasión, que su alcalde fue un invitado de piedra, las guayaberas que jamás usó Obama, los trajes de las primeras damas, etc., es lo de menos.
El carismático Barack regresó a su Casa Blanca como si nada. El ahora portada de Time, Juan Manuel, sonríe. Y los demás, cada uno, a lo suyo. La Kritchner a arreglar los chicharrones en que ella solita se está metiendo.
El coronel a sus tratamientos en la isla. Correa a tragarse su propio sapo. Calderón a tratar de evitar que la violencia se enquiste en el bello México. Y los desapercibidos de pequeños países del Caribe a la miseria de sus pueblos.
Y en cuatro años, si hay VII cumbre en Panamá irá Cuba si hay elecciones. Por lo tanto no irá. Y no se pedirá consenso sobre Las Malvinas para Argentina si Inglaterra las devuelve. Por lo tanto habrá petición. Y así, la historia se repetirá.